miércoles, 24 de julio de 2013

El fantasma de tu voz

Cuando el fantasma de tu voz avinagre mis dulces silencios.
Cuando cesen los tambores que celebran con quejido el alba.
Cuando apacigüe la sal la sangre de un latir tan violento
Y caiga en el olvido la danza con la que bailé tus aguas,

Volveré a la batalla, espada en mano, escudo raído,
Con la armadura de oro pendiendo de un hilo,
Ese último hilo de vida que rasgué de tu pelo
Y que da aliento al pulmón con tu sólo recuerdo.

Y no es esperanza, sino anhelo, lo que me invade,
Esperanza de no volver a andarme en tus caminos,
El anhelo de la virtud que en tus manos tornó infame,
El deseo que torne mi amarga sangre en dulce vino

Y que alimenten mosquitos, antes que gusanos, de mi cuerpo,
Y que devoren ya mi ser en nombre del infalible tiempo,
Que no es por corazón roto, sino por corazón ennegrecido
Por lo que me encomiendo esta noche a la pena y al olvido.

Y quisiera mil pedazos
Del crepitar de mi pecho,
Pero jugando con los cachos
Volviose mi corazón negro.

Y quisiera valentía
La de hoja al viento blandida.
Y quisiera… Quisiera tantas cosas
Que quisiera en ti perder la vida.

Quisiera el rubor en mis ojos llovido,
El rubor de no echarte de menos,
Pero hace tanto ya que no nos vemos
Que hoy hace tarde de estar contigo.

En frágiles palabras escondida,
Tristes emociones enmascaradas
Que por verse mal abordadas,
Acaban de muerte heridas.

Cartas arriba, juego en la mesa,
Recular hasta morir de envidia.
“¿Quién manejara tanta franqueza?”
Y muere en pudor y vergüenza
La que fue mujer y hoy, niña.



Gonzalo J.

miércoles, 17 de julio de 2013

El verbo y la palabra

Al principio fue el verbo,
el alma que escapa,
que rompe sus cadenas
y alza su voz al viento.
Un alma que vuela,
desnuda y libre,
como un rayo de luz,
como agua entre las manos.
Como el aire que escapa entre los dientes.
Como la voz que,
nacida en la garganta,
surgida de la desesperación,
revivida en la revolución,
fluye y ruge,
inmensa, sin mácula,
entre los labios.
Moldeada por la razón a golpes
de silencio e ira.
El verbo que en todos vive.
La voz que acurrucamos y dormimos.
La razón que encadenamos en el pecho.
El corazón que anestesiamos,
que adormecemos,
que enmudecemos
y dejamos encoger
ante la fuerza de la voz de otros.
El cálido manto de la ignorancia
que nos colma de tranquilidad.
La venda que ordena
y guía nuestra impasible mirada.
El verbo que, a fuerza de callar, matamos.
La voz que, a fuerza de tragar, ahogamos.
El futuro que, sin ganas de luchar, olvidamos.
La libertad que, a fuerza de abandonar, entregamos.
Y fue el verbo, como fue la voz del corazón,
quien rompió las cadenas que hoy,
a fuerza de ignorar y consentir,
forjamos y afianzamos.
Advierte la voz que se apaga,
raída y turbia,
y advierte la luz tenue
que busca a escondidas.
Advierte el corazón que calla.
Advierte el alma que el sueño mece.
Advierte.
Procura ser un sueño complaciente.
Procura ser la luz advertida tras las esquinas.
Procura ser tu faro.
Procura ser tu corazón.
Procura ser tu voz.
Procura ser ese verbo que en un principio fuiste.

Green Light in My Eyes

Buenas noche, pequeño grupo de fieles seguidores.

Sé de buena tinta que hace tiempo que no escribo. Meses, años... Tiempo en el que han pasado muchas cosas. Cosas que, por (para mí) cotidianas, mejor no mencionar. Se resumen en "el fin de una etapa", esa frase lapidaria que esconde lo más oscuro de una relación laboral, amorosa o, simplemente, humana. La última vez que la pronuncié fue cuando dejé los libros por el dinero.

Esa etapa que empecé no acabará nunca, pero espero poder compaginarla con una segunda oportunidad. De eso se trata, creo yo, o así me lo aprendí yo. Durante estos años he disfrutado de ese espacio vacío en el que da igual el tiempo que pase mientras el dinero siga llegando. Parezco millonario, lo sé. Pero no. Lo que digo es que cuando no se sabe lo que se quiere, uno se abandona al azaroso Destino con la despreocupación que da el disfrute de las pequeñas cosas que ocupan el tiempo muerto (que es el tiempo libre dentro del tiempo empleado en nada).

Para ponerse en situación. Imaginad que un día despertáis con la mirada turbia, con una nube de vapor en los ojos, una venda en la cara que te acompaña a desayunar, a la ducha y que no puedes quitarte ni para vestirte. Si para el momento de ponerte el abrigo no te la has podido quitar, ya sois uno. Acabas durmiendo con ella ese día. Y el siguiente. Y el siguiente...

Cuatro primaveras y 48 uvas después, cuando nube de espeso humo y tú vais camino de la treintena, cuando pensabais los dos que esa era la vida que os esperaba, fundidos en la misma piel por el resto de la eternidad, algo ajeno a ambos hace que despiertes. La venda se fue. Y... ¿Ahora? Ese doloroso algo ajeno ha tenido un impacto tan profundo que te das cuenta de que has tocado fondo sólo tú, pues el entorno sigue siendo igual. La misma rutina desde hace cuatro años. Has tocado fondo. Cuatro años. Fondo. Años... Ahora eres libre de hacer cuanto te venga en gana.

Una nueva etapa. Después de un breve espacio de tiempo que reservé para mí (sin yo saberlo), las heridas se cerraron cuando dejé de tocarlas. Y, replanteándose uno la vida, se da cuenta de que el tiempo es oro, pero sólo el que queda por delante. Lo pasado, pasado está. Y el rencor, que infecta recuerdos, no ha de tener lugar en la memoria. Sin heridos, bajas mortales, ni daños colaterales.

Ya son muchos años superando complejos, muchos años aprendiendo de la vida para conocerme, muchas corazas que se han abandonado, muchos defectos asumidos y alguna que otra virtud reconocida... Ya son muchos años, casi más de una vida, para saber mirar hacia atrás cuando la ocasión lo merece, para pensar en el mañana con cuentagotas y para disfrutar del momento siempre. Que uno es bastante por sí solo y hay sitio abordo para aquél que aprecie su lugar en él.

Pero hoy ha sido un día más. Los All Blacks son campeones del mundo. Gadafi sigue muerto. ETA sigue sin matar. Simoncelli ya es leyenda. El poder corrompe. La corrupción llama al poder. Y lo que es un baluarte, lo es hoy y lo seguirá siendo mañana.

Un saludo. A más leer.

lunes, 28 de febrero de 2011

Versos sueltos

Orillas verdes de tu mar
en calma, en soledad,
que brindan a la vista
una magia tal
que sólo a tus ojos
puede ser comparada.

Cada noche en abandonas
para vestirte de negro y perla.
Yo, con la almohada en la cara,
sueño contigo con fuerza,
pero en mi sueño, te alejas.

Sí. Te alejas. Gritas que
no quieres, pero avanzas
en dirección contraria a mí.
Y despierto. Veo mi reflejo
en espejos, vasos..

Veo mi cara en los charcos
y los niños saltan sobre ella
sin piedad, sin miramientos...
A ellos no les duele.

Ellos sólo quieren correr,
y en sus sueños vuelan.
Ellos no sueñan con libertad,
ni piensan en el amor.
Ellos son la inspiración
y el resultado de toda madre.

Ellos son la razón, y la inocencia,
la paciencia y la pasión...
De Dios, una reminiscencia.
De papel, una legión.

lunes, 26 de julio de 2010

Marcha

Marchamos,
y, contigo, algo de mí,
un olor a yerbabuena
y unos labios carmesí,
una pena que se ahoga
en un recuerdo...
o quizá en mil.

Esperanza,
palabra sin sentido
que, a cada latido,
se esboza en el cristal
en pedazos el suspiro
donde se ha de ahogar
un pasado malherido.

Presente,
que de ciudad en ciudad,
por ti naufrago a la deriva,
tejiendo a fuego la vida
que tuve a bien desear
cuando aprendí que soñar
era para balas perdidas.

Y mi futuro,
tan ceñido a tu voz
que hasta le di tu nombre,
que se abrió con hacha y hoz
el camino para un hombre,
ese hombre que jamás soñó,
aquella bala que no halló horizonte.

jueves, 14 de enero de 2010

He vuelto... y, esta vez, ¡para quedarme!

Y mira tú por dónde, buscando entre la basura encontré uno de mis deseos infantiles: ser feliz (¡por Dios, que herejía!). Hacía años que lo olvidé, sin saber mucho más sobre el tema (que es otra forma de decir "no me preguntéis porqué").


Escrito en papel con sangre de enemigos, allí yacía ese papel, entre cáscaras de plátano y tapas de yogures sin premio. ¡Qué vida tan patética, coño! Teniendo como bandera la máxima de "los borrachos y los niños siempre dicen la verdad", cerré la bolsa, me puse las pantuflas y saqué la basura a la calle. Me explico: u olvidé ese papel porque era muy pequeño, o llevaba un pedo descomunal cuando lo escribí/tiré.
Pues bien, hecha ya la reflexión... Joder, no recuerdo como se hacía esto de escribir. Intentémoslo. Digamos que, por vicisitudes del Destino (en mayúscula, para que sea más odioso), héteme aquí frente a un ordenador por el que he luchado tanto contra El Corte Inglés... Que me desvío. en fin, que llega la hora de tocar fondo con la punta de los dedos (mejor que con el tabique de la nariz). Como dijo el sabio (léase, Tyler Durden) "sólo cuando estás a un paso de tocar fondo eres libre de hacer cualquier cosa". Entonces, ¿qué coño puedo hacer con tanta libertad?
Recapitulemos. "Varón. 25 años. Complexión delgada. 1,77 de altura y unos 65 kg. aproximadamente. Sufre de bipolaridad y traumatismo electrocardíaco y tiene más miedo que canas. Le hemos puesto serotonina y Just for Men, pero no responde...", y éste es el momento en que alguien dice "¡Al box 4!". Pues de eso se trata. Aquí no hay ni House, ni Llongueras, ni O Cristo Redentor que lo fundó (viva Río) que diga en qué caja me meten ("¡A por sellos, oe!").
Resumen: estoy más perdido que un gato en una fábrica de sifones, cual hijo de puta en el Día del Padre, como un pedo en el agua... Y es que la disyuntiva en la que mis moral, ética y ciencia se debaten es tan tremenda que hasta el mismísimo Marx me cortaría la exposición para hablar de tías (¡Ay, cerdete...!).
La disyuntiva es la siguiente: "Si la cagas, la cagas del todo", o "¡Ay, Virgencita, que me quede como estoy!". Y mira que, en mi más profunda naturaleza, la autodestrucción de la que estoy hecho no sabe decidir. En fin, que lo único que busco es una mano amiga que, con sutileza y ánimo de mostrarme el camino, ME DÉ DOS BUENAS HOSTIAS para sacarme de mi zozobra (So... ¿qué?).
PD: No tengo problemas de salud, ni problemas con mi novia, ni familiares (problemas con, se entiende), ni nada aparecido.

lunes, 27 de abril de 2009

¡Oh, Sutil Vileza!

¡Oh, dulce mañana,
que me acaricias con tu luz,
apostilla contra mi cruz
esta pesada carga
que es la soledad amarga
como al vivo fría quietud!

Me magulla el Sol
con piedad arrebatada
a esa dulce madrugada
que tu piel desvaneció.
Velad por mí, bufón
de desdichas y sonrojos,
ya cegados los ojos
en honores a tu voz.

Y como otorga el callado,
otra vez nos alzaremos
contra el atardecer eterno
que es el paso de los años,
que haces pesar los daños
y confundir baremos.

¡Oh, Divina Providencia,
interfiere Tú por mí,
alma de este infeliz,
y colma de prudencia
la falta de inocencia
que en mí se ha de inferir!

¡Oh, mi Fiel Verdugo,
interfiera vos en mi vida,
desangrando así la herida
de, a su vez, portar el yugo
de una infancia en despedida!

¡Oh, Rueda de Fortuna,
Diosa de Azarosa Suerte,
propaga Dolor y Muerte
por doquier hasta la Cuna,
pues es Herodes quien procura
el devenir casual del inocente!

Así el epitafio escrito
en una tumba vacía:
"Quien pudo y nunca ha sido,
y Todo hubiese podido.
Nacido del Destino;
muerto en Melancolía"
¡Sed vos, alma mía,
piadosa en todo sentido
y servil al caprichoso Sino,
gallo anunciador del Día,
de la tarde buen vigía
y, a la noche, fugitivo!

martes, 24 de marzo de 2009

Un día cualquiera... ¡NUNCA!

Ha tiempo que no actualizo. Y más tiempo aún que no lo hago en prosa. Mas, como me siento dichoso, compartiré con vosotros este día que acabó hace unos minutos.
Un día aburrido, como tantos otros cuyo final es bienvenido. Acabó con una salida tardía, tras una tarde entera de diálogos con la nada (paredes, gente vacía... desconocidos todos para mí). Y, cuando me adentro en las ruinas de la calle Serrano, cerca del bastión de Colón, advierto cierto cambio en mi perspectiva: mi conciencia me habla con voz ronca. Soy personaje de cómic:
"Diario de Delkhan, 23 de marzo de 2009.
Este mundo se muere. Y la ciudad que pisoteo le acompañará en la caída, rezumante de azufre, emanando humo y escupiendo sangre. A cada paso llora por las fronteras perdidas que un día le dieron intimidad. Mugrienta en sudor, cansada de luchar por nada, mirando de lado la injusticia natural, a esas ratas que se cuelan en el tren entre los huecos de la pasividad de los débiles. (Enciendo un cigarro)
Merece tener los pulmones negros, encharcados, y ahogarse en sus propios efluvios. Merece vomitar la vida. Merecen sentirse observados y no sentirse libres por miedo por ese quién a quien no importan nada. Merecen que corra pólvora por sus venas. (Paseo por Colón, con su bandera ondeando)
Infestada de entes sin vida privada que se ríe de quien no tiene vida pública. Rebosante de perezas que no reaccionan ni cuando lo inminente ha ocurrido. Sé que dirán de mí que soy fascista. Estoy seguro que eso dirán. (Observo fijamente la bandera)
Esto me ha recordado un chiste. Un hombre está en el salón de su casa. Llaman a la puerta. Abre, y no ve a nadie. Oye una voz, mira a sus pies, y ve un caracol. Le pega una patada, y el bicho cae por el hueco de la escalera hasta abajo del todo. Siete meses, 3 semanas, 4 días y 17 horas después, vuelven a llamar a la puerta. El hombre abre, y no ve a nadie. Oye una voz... y, al mirar para abajo, ve de nuevo al caracol, que le pregunta "¿A qué ha venido esa patada?". Espero que les haya gustado. Todo el mundo se ríe.
Esta ciudad me odia. Y los hombres buenos no hacen nada. Se han cansado. Ahora que esos hombres sabemos que no haremos nada por salvar a la otra mitad del mundo, y estamos dispuestos a arder en el Infierno... ¡Que el mal prevalezca! (La bandera deja de ondear, y cae sobre su mástil. Marcho sin rumbo). Este mundo en breve tocará a su fin... Un fin que merece."

martes, 3 de febrero de 2009

Dios Salvaje

Solía estremecerme en la oscuridad que me inundaba de cuando en vez, entre flores de desesperanza y lamentos quedos. Me solía sentir incómodo en su soledad. Mas su frío abrazo es un soplo de aire fresco hoy en día. Una mano que estrecha amistad oculta entre cortinas y halos de luz de Luna. Una aliada. Conforme pasan las horas, cambio de lado... abandono mi bando. Sucumbo.
Quisiera reencarnarme en la quintaesencia de la muerte. Ser pasto de cínicos cantos alegóricos de desdichadas palabras poéticas. Quisiera ser la manecilla que cuenta y descuelga las agrietadas y corruptas horas de la cotidianeidad, consumidas por mi quejicoso 'tic-tac' artrítico. Quisiera respirar humo, desvanecerme en el silencio mental que despierta la desmesura de las palabras vacías. Mas quisiera que, por banales, buscaran un corazón sediento de razones para entrarle por la espalda. Quisiera encarnar la pobreza, el hambre y la ignorancia. Quisiera encarnar a la Muerte. Quisiera ser devota tentación carnal para castos infieles a sus sueños. Quisiera ser noche. Quisiera...
... y soy lecho de húmedas lagartijas que buscan bocas abiertas de par en par. Soy la malversación de la pureza, de la santidad y el oro. Soy sangrienta plata de ojos cerrados por la eternidad. Soy verdugo de ilusiones e inocencia, juez decrépito de vivos, esperanzador de dementes, un lunático adorable en tierra ajena. Soy la oscuridad del meticuloso caos que despierta de un apagón de ideas. Soy la desesperanza de la luz. Soy el futuro del rincón que yace entre sombras. Soy la duda y la amargura de Dioses moribundos que buscan a tientas desesperadamente su cama. Soy el odio que une a las naciones, la ira que infecta el amor a los hermanos, el dolor de quien todo lo ama, todo lo puede, y la sabiduría de quien todo lo quiere. Soy hijo de mil guerras. Soy...
... y seré lo que mi sino niegue. Deja que la humanidad se destruya de menor a mayor. Que se odien en todos los tiempos y modos del verbo. Despiértame a palos cuando despunte la Luna. Haz que arda en manos de mis costaleros. Hazme mártir. Hazme Príncipe de la locura/mendigo de la cordura. Hazme Rey de la Oscuridad. Hazme Santo de males. Hazme Dios Salvaje de lo inmoral.

sábado, 10 de enero de 2009

Cruz del Norte

Que apartara la mirada
por miedo al rencor
de apuñalarme la espalda
buscando el corazón
con cada una de sus palabras...

Que entre sueños perdidos
buscara mil consuelos
a quereres abatidos
con pedazos de cielo
y pomadas con doble filo...

Mas volver en nada queda
ni pasados veinte años,
ganados por una cabeza
de cabellos dorados
mientras queden tangos y cerveza.

A falta de madera,
tú serás mi cruz,
la misma que no viera,
no por falta de luz,
sino por ceguera.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Poemario

De frágil corazón,
por un sendero a oscuras,
con la carga de tus dudas
en formato de oración,
me retiro presto.

Sin te quieros,
ni tampoco despedidas,
ni llantos, ni otras mentiras,
sin cerrar mis ojos sinceros,
ni torcer el gesto.

Ángel de luz de cárcel,
puse punto y final
a nada que olvidar,
a fotos del paisaje
de lugares comunes.

Y me lancé a correr,
volví a tropezar
diciendo la verdad,
volviendo a esconder
culpas que se asumen.

Y me perdí en un sueño,
en un tren de primavera
que, secando sobre la acera,
calle huérfana de dueño,
mi poemario de caras largas,
despreciándolo de nuevo...
naufragando en agua amarga.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Un inciso


Ladrón, asesino, mafioso, chantajista, maníaco, esquizofrénico, desequilibrado,delirante, mutilado, obsesivo, entusiasta, terrorista, ambicioso, caótico... en una palabra, LIBRE. Como si de un personaje de cómic se tratara, pues de eso se trata, todos y cada uno de nosotros creemos en una libertad más allá de las consecuencias, pues de ellas se trata. Como un as esquivo en la baraja se comporta la libertad en nuestras vidas pues, decisión tras decisión, siempre hay un escollo que salvar con perspicacia mediante saltos con tirabuzón, carreras a la desesperada o palabras tragadas sin saliva. ¿No es en verdad una losa en el día a día esta responsabilidad? Mas propongo, amigos, que un día al año, pongamos... un 29 de noviembre, hagamos lo que nos venga en gana: robar un banco, matar a un yonki, apalear a un niño... o, simplemente, soltar un prematuro "te quiero" a quien no lo espera y, muy seguramente, por quien no lo sintamos, por el mero hecho de hacer lo que nos apetece.
Mas la argumentación es más bella en papel que cuando las acciones la secundan si de infringir las leyes se trata, y no es precisamente la valentía lo que hízome famoso en mi otra vida, cuando debí ser vietnamita exiliado en Oklahoma, budista en Timor Oriental, praetor en Numancia, escriba del Coliseo, colonizador en Sudán o, como ahora, perroflauta pijo de tintes suburbanas con inclinaciones pseudoxenofílicas, clasista sin clase, estilista sin estilo, pintor de sueños ajenos, desarraigado, sin objetivos, sin amor, ni dolor, ni rencor, sin un corazón que brinde palpitar a unos oídos que por aburrimiento se embutieron en una cabeza amedrentada por el temor a demonios que jamás existieron ni en esta civilización, ni en ninguna otra religión, con más secretos que pasado y más pasado que futuro, con tantos pájaros en la cabeza que hasta los lugares comunes son paisaje de trinos, nidos y ramas derramadas sobre lunas ensombrecidas en la claridad de esa mente rota que pare palabras rotas, buscando excusas rotas para justificar jarrones rotos desde crío. Quiero decir: el que este libre de pecado, que haga de mis palabras su religión.

viernes, 1 de agosto de 2008

Hoy no (y desde hace mucho tiempo)

"Estoy solo aquí porque empecé una conga y nadie me siguió...", aunque sería mucho más poético decir que llegué a esta orilla dentro de la botella con la que se dignan a brindar mi bienvenida. Dejados de la mano de Dios, hay demonios que se resisten a morir. Y éteme aquí, en los límites terrenales, en la más infiel soledad, recordando tiempos en que escribir era más que poner palabras a sentimientos, a situaciones... Era como dejar que todo hablara por uno mismo, sin cortapisas, ni complejos, ni el más mínimo respeto.
Esos tiempos, quizá por el aburrimiento de caer en mi escaso vocabulario, precaria literatura o, simplemente, mis huesudas manos, ese recóndito paisaje en que se esconden las palabras, llamado significado, empieza a requerir cierta madurez, cierta implicación moral con el hecho de transmitir el sentido oculto de un bien que no se puede tocar, saborear y, por el bien civil, amar: palabras.
De todos los colores, idiomas y acentos, esclavas del silencio, mal pensadas, pronunciadas a destiempo o en autoría ajena mal apropiadas, hoy se resisten a morir en mis manos, a , como hicieran antaño, presentarse a mis pies como siervas, sabedoras de que su destino es imperecedero, mas su presente es esclavo de un contexto que, en la mayoría de los casos, ayudan a desvirtualizar.
Con esto quiero decir que lo que en su día fue un sparring de boxeo, hoy es una especie de fobia o manía kantiana torrencial que desembocará en las orillas de una playa invadida de ideas banales, poesía barata, metáforas manidas, puntos y comas sin texto, pretexto, contexto, ni sentido. Es por esto que, ante la soledad que da pensar en sí mismo, la incapacidad de ser quien uno quiere o cree que es frente al agradecido espejo, hoy no me apetece escribir. Besos.

domingo, 8 de junio de 2008

Perdición que llevo dentro

Cómo pasa el tiempo
clavando sus agujas,
veletas contra mi viento
elevando aún más la puja.

Un cárcel de papel,
resistiendo sin temor,
por temores levanté
encerrando así el dolor.

Blanca sirena, luz de luna,
negra silueta en la balanza...
Sin más, destellos en la bruma
para marineros de agua amarga.

Jugué cartas marcadas
en ratos de serenidad
que se quedaron en nada
cual guiño en la oscuridad.

De tiempos malheridos
y experiencias forjé mi coraza,
alzando con piedras del camino
la perdición que fue mi casa.



Dedicado a César (aka Nevada Lux Bamaco) cuyo aliento es apoyo, soporte logístico e inspiración.

martes, 29 de abril de 2008

Vida mía

Me distancio de todo,
decepción tras decepción.
Vuelvo a ser, sin defensa,
otra vez cazador,
otra vez presa de mí mismo,
calibrando el rasero:
esclavo de mi egocentrismo.
Vivir es la disección
de un dolor de cabeza
con la intención de encontrarme,
perder la dirección,
buscarse en la certeza,
sobrevivir de esa intención...
Vivir es esperarme.

lunes, 7 de abril de 2008

En el vergel del Edén

Sumergido entre acordes musicales, hoy tengo a bien rescatar este tierno poema de amor perdido en aras a compartir con vosotros, mis queridos y escasos lectores, un pedazo de literatura:


En el vergel del Edén,
embébese Esther
del leve mecer del relente:
-Excelente, vegeté tres meses
en el éter... ¡fetén!

De repente, Pepe, ese mequetrefe
que es el gerente de Mercedes Benz,
se yergue de entre el verde césped,
emergente el repelente pene.

Esther se estremece:
-Behj, ¡qué peste!
¿Qué pesebre es éste?
¿Es que repeles el gel?
¿Crees que este pene es decente?

Enternécese Pepe:
-Es que dejé que el semen
que eyecté se reseque.
Pensé: "Que estrene
Esther este presente".
Te reservé merengue de trece meses.
¡Bebe, bebe!

-¿Beber? ¿Beber de ese enclenque esqueje?
¿Crees que me embelesé? ¡Que te den!
¡Qué cerdete eres!
Que te enteres: mereces fenecer
en el retrete, entre heces que defeque Peret.
Enfermé de verte, ¡vete, vete!
¡Métete el pene en el bebes!
¡Entretente este semestre
en extender ese repelente
semen en el eje del Mercedes Benz!

-Esther...

-¡Que me dejes!
Beberé té en el tenderete.
Que te bese el membrete el bedel.
- Es que, Esther... Pepe es el jefe.
Pepe es el que te debe extender
el cheque de este mes.
Bebe, Esther.

Conclusión:
Es menester que Esther
cercene el pene de Pepe,
ese pelele de jefe
que cree que merece peerse
en el vergel del Edén.



(por Mamá Ladilla)

viernes, 4 de abril de 2008

Emperatriz de Emperadores

Silencio, que hable el alma,
que inunde con su saber
la paz de mi oscuridad,
este hábitat natural
donde esconderse mis fantasmas
de final escrito a la espalda
y una vida entera por derrochar,
revivido en el descanso de la carga
que es el deber y las ganas de luchar.
Porque un buen día
lo puede tener cualquiera
para, cual Ave Fénix,
revivir de las cenizas,
ser una fuente incansable
de amor, paciencia y auto estima,
lanzarse al vacío, con carrerilla,
y a la autopista hacia el hogar,
abstenerse de la mala vida,
y que ayudes, ¡oh, Ángela mía!
a reconstruir con tu saliva
las alas del fuego malheridas
de este tu ángel caído,
compartiendo lágrimas y temores,
sangre, demonios y camino,
penas, vino y sudores,
sólo contigo, vida mía,
Emperatriz de Emperadores.

martes, 26 de febrero de 2008

¿A dónde van...?

Tantas palabras que olvidé
que no sé cómo empezar,
con tres tazas de café,
esta amada falta de caché,
mi decadencia entre clichés...
Y yo, vuestro objeto a olvidar.
La desmesura de la censura propia,
un canto de libertad sin tono
que obliga a resumirse en copias...
El don me dio abandono.
Un recuerdo como humo,
turbio y desvanecido en nada,
como una herida llena de espinas
anclada en las alforjas de mi almohada
y, al fin y al cabo,
bien custodiada por mis musas...
Esas musas que velan por su luto.
¿A dónde irán todos esos versos
que de mí hicieron jirones
regalando besos, quedando presos
y olcutos en el doble fondo
de los cajones de otro?
¿Quién matará mis dolores de cabeza?
¿Quién hizo de virtudes mis rarezas?
Habrá un lugar, con toda certeza,
para recuperar la soledad...
Pero seguro que es muy caro
y no lo puedo pagar.

viernes, 15 de febrero de 2008

16 de febrero

Adormilado y herido,
sumido en el dolor
apostillado en el rencor
de verse siempre perdido.
Narcotizado y sin sentido,
acostumbrado a llorar,
tragando voz al gritar
a un ángel gris abatido.
Despertando dormido,
durmiendo y, sin despertar,
acomodarse y soñar
un corazón descosido.
Y olvidar lo venido,
las costumbres venideras,
el caer de las escaleras
del cerebro enloquecido.
Y mi futuro impedido,
mi alergia a la religión,
mi falta de vocación,
mi país desconocido...
... y un paraíso sombrío,
ese ayuno de drogas,
ese cuello en la soga...
... y estos pies en el río.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Caminos

Piedra tras piedra,
obligado a capitular,
y mientras, por la tierra,
por la sangre, por la soledad,
caminas inmerso en los caminos
que dan luz verde a la eternidad
de andar, de sentirse solo,
de ser novio de la libertad.
Tragar saliva en vez de suerte,
porque este juego ya no es tal.
Y tragar partes del pasado,
tragar trampas de popularidad,
vivir de ahogos desahogado
con la intención de vagabundear
por donde nunca te conozcan
para darte a conocer,
no como eres, ni como fuiste,
sino justo como quisieras ser.
Y levantarte, no cada mañana,
sino después de haber caído,
una vez, y otra, y otra...
con la depresión de haber vivido
porque el camino se hace al andar...
y en un metro hay mil caminos
con sus cientos de arrieros.
Allí, amigos, nos encontraremos,
en la duda y la indecisión
de un mar de decisiones
que inundan de emociones
lo que antes fue dolor:
una luz bajo la que escribir canciones.